El “storyboard”
En el año 2006, comencé a vivir una nueva vida que me hizo redescubrir una parte de mí que estaba velada.
Inicié así a desahogar mis emociones y mis ideas con un lápiz, un folio de papel, un ordenador, varios pinceles, un lienzo y tantos colores; queriendo siempre comunicar en modo personal mis emociones y mis sentimientos.
Mis ideas nacen a veces de lo que sueño, a veces de momentos que vivo o de viajes que hago.
Parto de un diseño a lápiz que después perfecciono buscando los mejores colores, las tonalidades perfectas y, con la ayuda del ordenador, creo un modelo de la ideal inicial. Una vez escogidas las tonalidades que mejor se adaptan, las dimensiones y los lineamientos generales paso a la fase "concluyente", es decir a la parte gestual.
El cuadro, con la ayuda de mi mano, de los pinceles, de los colores y del lienzo comienza a tomar forma. Su estilo es único; es diferente del diseño inicial y de la elaboración digital. El lienzo, que absorbe en modo diferente cada color, evidencia el trazo de la pincelada y transforma un diseño en una escultura con varias dimensiones. Los materiales usados dejan su huella sobre el lienzo y le dan una dimensión más profunda. Una vez secos los colores y el soporte de algodón, éstos darán relieve a las formas, y crearán reflejos que transmitirán emociones y sensaciones. El hecho de que el cuadro nazca de una foto, de una idea o de un sueño no cambia el resultado. La materia que estará presente al final provocará infinitas emociones a quien mira y siente el cuadro.
El cuadro está listo, se encuentra reposando en el caballete.
En el momento de reorganizar todo, me doy cuenta de que con las tres fases he creado un verdadero "Storyboard" de mis pensamientos y mis ideas. Puedo entonces darme cuenta de los cambios y de la evolución que he vivido para llegar a la "conclusión", lograda cambiando constantemente de camino y dirección. 3 fases: el papel, el ordenador y el lienzo. 3 cuadros, 3 ideas y un storyboard que cuenta la historia del mismo cuadro.
